Semblanza a Jaime de Nevares.

  Hoy, 19 de mayo, se cumplen 17 años del fallecimiento del Padre Jaime de Nevares, Obispo de Neuquén, figura destacada de las tendencias reformistas en la Iglesia Católica y firme defensor de las causas populares durante la segunda mitad del siglo XX argentino.

  Jaime de Nevares nació en Capital Federal en 1915, en el seno de una familia aristocrática, raíces que tendrían nula incidencia en sus opciones posteriores. Tras graduarse en abogacía en la Universidad de Buenos Aires, decide ingresar en la Orden Salesiana, donde fue ordenado como sacerdote en 1951. En 1961 es designado como Obispo de la recientemente creada Diócesis de Neuquén. De Nevares fue un activo partícipe del proceso de transformación de las conciencias y las practicas que atravesó a la Iglesia Católica durante la década del ’60, y asistió a los dos eventos que marcaron los lineamientos fundamentales de la reforma del cristianismo: el Concilio Vaticano II (1959 – 1965) y la II Conferencia Episcopal Latinoamericana en Medellín (1968). Su primera intervención destacada en la situación política y social nacional fue en ocasión de la huelga de los trabajadores de la obra de la Represa de El Chocón en 1969, donde defendió las reivindicaciones obreras, defenestró la represión de la dictadura militar y criticó con dureza la actitud de la jerarquía eclesiástica; este comportamiento se convirtió en un auténtico patrón para de Nevares. Sin embargo, desarrolló su labor más audaz bajo la última dictadura militar, cuando se puso a la cabeza de un grupo crítico de obispos entre los que se contaban Miguel Hesayne, Carlos Pone de León, Jorge Novak y Enrique Angelelli, algunos de los cuales pagaron con su vida la lucha constante por los derechos humanos en aquellos tiempos oscuros. Su posición crítica le valió un acoso y un aislamiento crecientes por parte de una jerarquía eclesiástica completamente consustanciada con el proyecto de las fuerzas armadas. Con el retorno a la democracia, integró la CONADEP, exigió sistemáticamente que la Iglesia Católica avanzara en una autocrítica por su actuación durante el período del terrorismo de estado y condenó la sanción de las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Su actividad humanista incluyó el apoyo de los reclamos de las comunidades indígenas de su región, una de las cuales lo honraría con su reconocimiento como “peñi” (hermano). Incansable en su voluntad política, fue electo convencional constituyente en 1994, pero renunció tras denunciar el infame pacto radical – menemista. Finalmente, muere víctima de una prolongada enfermedad en 1995. Sus exequias se extendieron por dos días y fueron lugar de emotivos homenajes por parte de una multitud que congregó a representantes de comunidades de todo el país, dirigentes y militantes políticos, representantes de organismos de derechos humanos y referentes de la cultura.

  Como militantes del campo popular, ofrecemos este modesto homenaje a un irreprochable luchador por la justicia social, los derechos humanos y la ética política, que siempre reclamó a la Iglesia que asumiera un rol político y social progresivo al lado de los trabajadores y los pobres. Independientemente de la adscripción a una confesión religiosa determinada, el Padre de Nevares bien merece los respetos de todo sujeto de convicción.

 “La liberación debe realizarse en todos los sectores en que hay opresión: el jurídico, el político, el cultural, el económico y el social.”

La Mariátegui - Agrupación“José Carlos Mariátegui”
Secretaría de Enseñanza y Problemática Estudiantil, Cefyl
“20 AÑOS de Alegre Subversión y Hostigamiento al Gorilismo”
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