Y como si las fuerzas de la sinarquía internacional en su descendente derrotero buscasen un salvavidas del cual sujetarse para no hundirse para siempre, vienen bicicleteándola para transformar al que fuera el último Imperio americano (¿?) en la cenicienta de las naciones en vías de desarrollo.
Y si, si hay un tipo con el que yo me comería un buen asado rociado con Carcassone con sifón en la terraza de lo de Chara, ése es Lula. Y de regalo al gordito, que tiene pinta de cascarse para el carajo con el chimuchurri y la salsa criolla, antes de que se vaya (previo a su ingreso al Club de Madrid, Premio Nobel de la Paz y toda esa zaraza progrechota) una sede olímpica para Río.
Yo que Lula le juego al Quini, y de seguro que pego los seis números.
Yo que Lula le juego al Quini, y de seguro que pego los seis números.
Un crá!!
Desde la oficina Asuntos Internacionales de La Mariategui hacemos llegar al pueblo carioca nuestro mas sincero reconocimiento por el logro conseguido, lo que permitió pintarle la jeta a chupetín Obama y al parásito putaniero Juan Carlos de Borbón. Lo que sí no se olviden: Pelé debuto con un pibe (Maradona dixit).
